Camino de Santiago
La peregrinación a Santiago de Compostela es uno de los fenómenos históricos vivos que mejor definen los valores universales de la cultura occidental. El Camino de Santiago nace en el siglo IX, tras el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago el Mayor (hacia 830), uno de los discípulos directos de Jesucristo, difusor de su doctrina en el extremo occidental de España, según una tradición que parte de un texto conocido como Breviarum Apostolorum (siglo VI).
La otra gran tradición jacobea es la Translatio: el viaje que el cuerpo de Santiago realiza desde Jerusalén a Compostela, tras la muerte del apóstol, partiendo en un barco del puerto de Jaffa, hasta el puerto de Iria Flavia (Padrón). De este modo se encuentran las reliquias de Santiago el Mayor en la tierra donde predicó la palabra de Cristo, en concreto en el locus Sancti Iacobi (la actual Compostela).
La peregrinación se desarrolla en paralelo a la evolución de la ciudad de Santiago, que se convierte a lo largo de la Edad Media en lugar de encuentro, de creación y de difusión cultural, siendo meta de una de las tres peregrinaciones mayores para la Cristiandad medieval, junto con Roma y Jerusalén. El siglo XII constituyó uno de los momentos estelares del Camino de Santiago, con la internacionalización de la peregrinación a través del Camino Francés, la construcción de la catedral románica de Santiago y la escritura del Códice Calixtino.
El ejercicio de la hospitalidad es piedra angular de la peregrinación a Santiago. A lo largo de las rutas jacobeas se fue creando durante siglos una infraestructura de acogida y ayuda, formada por hospitales fundados por reyes y nobles, hospitales de los monasterios, de las órdenes militares, de los cabildos de las catedrales, incluso hospitales de fundación privada o colectiva, relacionados con una persona piadosa o con barrios enteros. En la actualidad, la hospitalidad sigue siendo una referencia del Camino de Santiago, con albergues de peregrinos que dependen de asociaciones de amigos del Camino, de ayuntamientos, parroquias o comunidades autónomas, como es el caso de Galicia y su red de albergues.
El Consejo de Europa en 1987 declaró al Camino de Santiago como primer itinerario cultural europeo; en 1993 la UNESCO declaró Patrimonio Mundial al Camino Francés en España, aumentando esta declaración en 1998, con el añadido de los sitios históricos de Francia vinculados a los Caminos de Santiago, descritos en el Libro V del Códice Calixtino; y en 2015 la UNESCO inscribió a los caminos de Santiago del norte de España en la Lista de Patrimonio Mundial del Camino de Santiago. Esta alta consideración institucional se corresponde con la importancia histórica y cultural de la ruta. Con la creatividad generada a lo largo de ella, con la espiritualidad que le dio vida, con el sentimiento de unión y pertenencia que impulsa, y con la emoción que sigue despertando la peregrinación jacobea en el siglo XXI.
El gobierno autonómico de Galicia trabaja desde hace casi treinta años en la promoción de la peregrinación a Compostela, cuidando de los caminos, fortaleciendo la red pública de albergues de peregrinos, potenciando la investigación histórico-cultural y la promoción internacional.
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